La paternidad no es fácil, y enojarte cuando tus niños se portan mal es completamente natural. Pero si los padres expresan sus emociones a través de gritos y bofetadas, esto puede tener serias consecuencias para el desarrollo de la personalidad del pequeño y para su salud mental.
Un estudio realizado a 976 familias mostró que un grito de un papá causa cambios negativos en la estructura del cerebro y conduce a la depresión y al comportamiento antisocial en la adolescencia.
Y aunque algunos creen que, sin tales medidas de crianza, el niño vivirá de sus padres e intentará dominarlos, existe una forma de transformar las relaciones familiares de tal manera que ya no sea necesario levantar la voz.
Creemos que nunca es demasiado tarde para convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos como padres.
Estos sencillos pasos ayudarán a las mamás y a los papás a aprender cómo comunicarse con sus hijos de manera calmada y constructiva en cualquier situación.
1. Encontrar el desencadenante
Todos sabemos que gritar está mal, pero a veces no podemos evitarlo.
Por ejemplo, están llegando tarde al kínder, y el niño no quiere vestirse.
Te irritas e inmediatamente agarras a tu hijo y, sin ocultar tu rabia, empiezas a vestirlo. Las situaciones que te causan una reacción exagerada son considerados los desencadenantes.
2. “Pedir” que tu cerebro te advierta sobre un brote de ira
Es imposible evitar todas las situaciones exageradas.
Pero si sabes de antemano qué es lo que generalmente te hace enojar, puedes detener las crisis.
La autora del blog “Woman from Mars”, la exvicepresidenta de la compañía 20th Century Fox, Olga Nechaeva, cuenta sobre una técnica que la ayuda a lidiar con las emociones.
3. Encontrar tu camino para controlar la ira
Cuando nos damos cuenta claramente de que hubo un desencadenante, su poder sobre nosotros se debilita.
En ese momento podemos usar nuestra propia manera de calmarnos: ir a otra habitación, contar hasta 10, respirar profundamente o decir una palabra que te haga detenerte.
4. Aprender a expresar emociones negativas sin agresión
Tienes que estar atento a cualquiera de tus emociones, incluso si se trata de ira o irritación.
Es importante no reprimir tus propios sentimientos, sino aprender a expresarlos de manera constructiva.
En lugar de elevar la voz, intenta liberar tu presión de otras maneras.
5. Declarar “Un día tranquilo” en tu familia
Si no puedes contenerte, haz un pequeño experimento.
Trata de no gritar solo por un día (es mejor tomar un día de fin de semana para esto) y pídele al niño que haga lo mismo.
6. Reemplazar órdenes con reglas
En su libro ¡No les grites a los niños!
¿Cómo resolver los conflictos con los niños y hacer que te escuchen?, el psicólogo Daniele Novara aconseja a los padres establecer reglas claras en la familia.
7. Comprender las causas de tu ira
Supongamos que un niño tiene recibió una mala nota o se le cayó un vaso de jugo.
Nada fuera de lo común, ¿pero te enfurece? Piensa en qué causa esa reacción.