El verano pasado Daisy cumplió 10 años, cosa que le trajo un par de problemas.
Desafortunadamente, fue diagnosticada con miastenia gravis, una enfermedad auto inmune que la llevo a desarrollar mega esófago.
Cuando un perro sufre este tipo de complicaciones, les cuesta comer pues la comida no atraviesa su esófago y requieren de ayuda especial cada vez que quieran comer aunque sea una galleta.
Ni agua puede pasar por su garganta hacia su estómago.
Su veterinaria le aconsejo a sus dueños que la sentaran en una silla cada vez que fuese a comer o tomar algo.
Doug y Brian Jones, padre e hijo y dueños de Daisy, son carpinteros, por lo que entre los dos decidieron construir una silla especial para que estuviese lo más cómoda posible.
La silla está diseñada especialmente para Daisy y, aunque estaban preocupados de que quizás no se acostumbraría a este nuevo formato, pronto la vieron feliz acomodándose en su nuevo puesto.
“Nos reíamos de sorpresa porque es tan inteligente.
Nos sorprendió que se haya ido a sentar sola y más aún cuando ella misma empujó hacia abajo la mesa para comer”, comentó Grace Jones, esposa de Doug, a Today.
La familia ha tenido a Daisy como mascota hace ya nueve años, por lo que han cuidado de ella desde que era una cachorrita.
La adoptaron luego de que una compañera de trabajo de su hija le dijera que la perrita buscaba un hogar.
Desde el triste diagnóstico la familia Jones continúa organizando paseos en el exterior para Daisy, a pesar de que por su edad y enfermedad le cuesta un poco más que a otros perros moverse.
Aún le encanta salir a caminar, pero deben tener mucho cuidado con que se deshidrate.
“Cuando tiene sed se apoya en una roca con sus dos patas arriba así es más fácil darle un poco de agua. La amamos muchos y nos alegra poder ayudarla”.