Vamos a conocer a la famosa Historia de la perra de Seattle, Eclipse, que toma un autobús para dirigirse a un parque cercano por su propia cuenta. “Todos los conductores de autobús la conocen. Ella se sienta aquí como una persona”, dijo un pasajero que toma ese autobús todos los días.
Todo comenzó cuando la perra estaba esperando el autobús en la parada junto a Jeff Young, su dueño, quien se tomó mucho tiempo en finalizar el cigarrillo que estaba fumando cuando llegó el autobús.
Por lo tanto, Eclipse subió sola y descendió en el parque Belltown. Desde ese día, el dueño sabe que siempre puede alcanzarla más tarde en el parque, ya que son 3 o 4 paradas, y Eclipse sabe a la perfección dónde bajar.
Aunque algunas personas afirman que Eclipse debería viajar atada con correa, el Condado de King permite perros en transporte público a discreción del conductor.
De esta manera, como esta perra no provoca ningún daño y solo hace divertir a los pasajeros, los conductores siempre están más que contentos de darle un aventón, que con su pase de autobús pegado en el collar es la atracción del viaje.
Ella vive en el barrio hace dos años, por lo que conoce muy bien las inmediaciones.
Ya es toda una usuaria del ómnibus. Generalmente una vez a la semana recibo una llamada diciendo ‘tengo a su perro extraviado, está aquí en la Tercera y Bell’, a lo que usualmente contestó que ella está bien y que sabe lo que hace», aseguró Jeff.