Siempre que hay un rescate de un perrito, todos nos emocionamos, pero ala vez nos ponemos triste al encontrarlos en situaciones muy mal.
En indiana estados unidos, un hombre llamado Bob Hoelter, se encontró con un perrito abandonado.
El hombre trabaja en una tienda ubicada en el pueblo que queda a 3km de su hogar, y aunque generalmente él suele conducir hasta su trabajo, la noche anterior había decidido que necesitaba hacer algo de ejercicio y se fue caminando a laborar al día siguiente, y de no haber sido por aquella coincidencia, una vida no habría sido salvada aquel día.
Mientras Bob pasaba por un puente se inmutó ante unos chillidos realmente tristes que parecían venir de debajo del mismo. Él miraba hacia la tierra y dentro del agua, pero no veía nada y no le quedaba más opción que bajar del puente para intentar encontrar a aquella criatura desesperada.
Pero en su camino se encontró con un contratiempo
Cerca se encontraba una gran alcantarilla y Bob pensó que esa podría ser la fuente de aquellos quejidos, y sin saber qué era lo que le esperaba, se agachó y con sus manos intentó agarrar lo que fuera que estuviera necesitando su ayuda.
Impresionado se encontró con un perro que titiritaba de frío y miedo, pero lo peor era que tenía el hocico envuelto con una cinta adhesiva para cableado eléctrico. Bob sabía que debía actuar rápidamente y recordó que la clínica veterinaria Griffith Animal Hospital no se encontraba muy lejos del lugar.
Se trataba de este pobre perrito quien había sido abandonado y le esperaba una muerte segura
En el momento en que Bob cruzó las puertas de la clínica con el cachorro en sus manos, Lori Kovacich quien era la gerente del recinto, lo observó aterrorizada y en cuestión de segundos le quitó al perro de sus manos para entregárselo al equipo de veterinarios.
En medio de la conmoción, Lori olvidó preguntarle su nombre y número telefónico a Bob, y éste viendo que todo parecía bajo control, siguió con el recorrido hacia su trabajo.
Por suerte, los veterinarios lograron ayudar al pobre cachorro de tan sólo 4 meses
Mientras tanto, los veterinarios se encargaban del cachorro que se veía completamente demacrado y tenía la piel bajo la cinta gravemente herida. El equipo estimaba que el cachorro tenía varios días viviendo con la cinta adhesiva sellando su hocico.
Sin embargo, todavía quedaba un largo camino por recorrer
Después de que el equipo logró remover la cinta adhesiva del hocico del cachorro, le colocaron crema e inyecciones de antibiótico y le proveyeron de una cama. Hecho esto, los veterinarios encontraron que el perrito tenía fracturada una patita y requeriría de una cirugía, lo que los hizo pensar que quizá alguien intentó tirar al perro al agua, pero este terminó aterrizando en el suelo.
Ahora el perrito se encuentra mejor y en las mejores manos.
Para nosotros es muy satisfactorio dar noticias, y que estos seres se encuentren con familias que les van a dar mucho amor.