Hallar una nueva mascota puede resultar un emocionante para una familia. Ver entre distintos animales para fijarse en cuál es el que es más conveniente se trata de una divertida aventura.
Simona y su esposa, Alexandru, tomaron la iniciativa de adoptar un gatito luego de discutir y reflexionar. Simona sabía que deseaba un gato negro luego de leer que son los menos propensos a resultar adoptados gracias a las supersticiones de las personas.
Revisó en la Web durante unas semanas hasta que se topó con una cama de gatos nacidos en su localidad. El único gato negro que quedaba de la litera era un gato negro, y Simona pensó que era el destino.
El pasado mayo, Simona y Alexandru recogieron al gatito.
Era delgada y muy pequeña con penetrantes ojos verdes, El diminuto gatito negro se veía frágil pero al mismo tiempo feroz. Su tamaño era tan pequeño que entraba en la palma de la mano de Simona. Se enamoraron de su niña en el momento, pero no eran conscientes de lo difícil que iba a ser el camino por recorrer.
Cuando por primera vez Simona y Alexandru respondieron a un anuncio para adoptar a un gatito negro, se entusiasmaron con la nueva incorporación a la familia. La bautizaron Shuri, en honor a un personaje de la película del universo Marvel, Pantera Negra.
El personaje de Shuri era la princesa guerrera de Wakanda. La gatita Shuri iba a requerir algo de espíritu de lucha de su homónimo para superar las adversidades que encaró en su primer año de vida.
Shuri pesó alrededor de una libra cuando la adoptaron. Sus nuevos padres la llevaron a su primera visita al veterinario luego de un día en su nuevo hogar para estar seguros de que se encontraba en buena forma.
El veterinario descubrió que Shuri tenía fiebre, Le dieron algunas inyecciones para disminuir la fiebre y tratar la fiebre que la causó.
Intervención veterinaria
Tan solo dos semanas luego, la fiebre regresó y peor que antes. Shuri debió ser hospitalizada, allí se dieron cuenta de que sus ojos y nariz tenían una infección.
A Shuri le diagnosticaron rinotraqueitis viral felina, las cual es causada debido a una infección por herpesvirus felino. Imaginaban que lo había contraído de su madre o de otro miembro de su camada..
Mientras los veterinarios se esforzaban por curar la infección, se dieron cuenta de otros inconvenientes que tenía Shuri. Padecía de un hongo que le estaba provocando la pérdida de su pelaje. De hecho había infectado a sus humanos con el hongo en su cota estancia con ellos.
Se necesitó de tres meses, muchas visitas al veterinario u un gran número de medicamentos antes de que pareciera que Shuri se encontraba a salvo. Tristemente el alivio fue de corta duración.
A los 6 meses de edad, Shuri empezó a padecer de manchas de sangre en sus oídos y ojos. Los estudios en la sangre revelaron que tenía trombocitopenia mediada por el sistema inmunitario el cual estaba destruyendo y atacando a las plaquetas,