El ladrido en los perros es algo natural, lo usan para comunicarse con otros perros e incluso para protegerse de amenazas potenciales. Pero hay ladridos que pueden surgir por hambre y sed y este es el caso de Lily, una perra abandonada que la vida se le había mostrado dura por mucho tiempo.
En busca de comida Lily se acercó a una escuela en Ciudad del Cabo, pretendiendo un bocado de alimento de algunos de los niños presentes en el el exterior de la escuela. Pero los ladridos por hambre llamaron la atención del director de la institución, el cual se sintió aturdido y dio la orden de que la desaparecieran para terminar una vez por todas ese sonido que para él era insoportable.
Los empleados por miedo a perder su empleo cumpliero la despiadada orden emitida por el director y enterraron a Lily en un agujero de 5 pies de profundidad. En la medida de que la cubrían con la tierra se podía escuchar el lamento de la perra que cada vez quedaba menos visible.
El personal de cocina indignados al ver semejante acto, llamaron a la Clínica de Animales Mdzananda para que hiciera acto de presencia y detuviera lo que estaba sucediendo. en poco tiempo llegaron a la institución y desenterraron a Lily y se asombraron a encontrarla aún con vida. El Fondo Internacional de Bienestar Animal se hizo cargo del caso para lograr la plena recuperación de Lily y que los responsables pagaran por el terrible crimen cometido. Los rescatistas llevaron a LiLy al veterinario y pudieron constatar que la perra tuvo una parálisis en la columna desde que era muy joven.
La recuperación de la maltratada Lily no sería fácil, tenía que ser sometida a hidroterapias con el fin de que pudiera ganar músculos y así tener más fuerzas en sus piernas. También tendría que recibir terapias de acupuntura para activar los nervios dormidos desde hace mucho tiempo.
La clínica publicó la historia en Facebook para concientizar a las personas de no maltratar a los animales y Lily recibió muchos mensajes de solidaridad y esperanza. Reunieron algunos de los mensajes en una colcha para crear algo tangible que recordara su historia. Esta historia tuvo un final feliz con la adopción de Lily por parte de una mujer periodista independiente, que le brinda todo su amor y el cuidado que necesita para tener una vida plena y digna.
Los culpables fueron castigados, los 2 conserjes fueron acusados de malos tratos y al director le dieron la opción de elegir entre ir a la cárcel o incluir en la escuela un programa para concientizar a los niños acerca de amar a los animales. Al negarse fue arrestado y actualmente cumple una condena.