Cuando se trata de encontrar un nuevo hijo perro, a veces nos basamos en si es lindo, esponjoso o si tiene carita tierna.
Pero otras veces sus características físicas resultan un poco diferentes a lo que estamos acostumbrados y no toda la gente es capaz de ver la belleza en alguna característica no común.
Pero ¿qué pasa si esa característica la vemos reflejada en nosotros mismos?
Es entonces cuando una serie de eventos logra lo impensable, como pasó cuando el destino une a un hombre y un perro ambos con un solo ojo.
A parte de ser un perro mayor, me dijeron que tenía una afección en su cara y que no le quedaba mucho tiempo de vida.
Y pensé: pues vamos a hacer que el tiempo que le quede valga la pena.
Cuando Jamie decidió adoptar un perro de un refugio, tenía un tipo particular en mente:
Quería llevarse uno de los perros más viejos del refugio y el que tuviera más dificultades para encontrar un hogar.
El personal del refugio la llevó a una caseta donde vivían tres diminutos perros. Uno de los perros era Beaux, un perro de 6 años que había sido recogido de la calle hacía unos meses.
«Dos de los perros me ignoraron, pero Beaux se acercó y comenzó a aullar», dijo Jamie. «Así que les dije: ‘Parece que se quiere ir, y me lo llevaré»
El personal del refugio estaba encantado de que ella lo hubiera escogido, pero necesitaban informarle sobre sus problemas de salud.
Ahora él es muy feliz al lado de su familia.
Esperemos que existan otras familias dispuestas a hacer lo mismo y darle un hogar a más animalitos que están tristes dentro de las celdas de los refugios para animales.