Existen muchos niños y adolescentes que odian asistir al colegio, tanto así que a veces pasa a ser una etapa.
Por ejemplo, no se quieren levantar temprano, ni hacer los deberes, ni escuchar al profesor.
Pareciera ser que en esa etapa solo se busca la satisfacción personal y perder el tiempo.
Quizás muchos de nosotros pasamos por algo así, pero en otros casos es diferente: hay quienes se esfuerzan todos los días para ir al colegio y aprender día a día.
A muchos escolares les da pereza ir al colegio, ya que les gustaría dormir más o les da pesar hacer los deberes de la escuela y no se puede negar que muchos hemos pasado por eso cuando vivimos esa época.
Es el caso de Jeric Reyes, un estudiante filipino que con sus ganas de superarse ha emocionado a mucha gente.
El joven asiste a la Escuela Nacional Malusak, en la localidad de Quezón.
Ahí, junto a sus compañeros, asiste regularmente en la jornada habitual.
Sin embargo, para sorpresa de uno de sus profesores, Jeric no se conforma con el horario establecido.
Mark Pee Pornasdoro, maestro de la escuela, revisaba los salones de clases mientras se preparaban para la tormenta que había sido anunciada.
En ese momento, al llegar al undécimo grado, se sorprendió: eran las 19:30, las clases habían terminado hace varias horas y un alumno continuaba haciendo su tarea. Era Jeric.
Al preguntarle qué hacía ahí, su respuesta lo conmovió.
Había elegido quedarse a hacer sus deberes en el colegio porque en su casa no tienen electricidad.
El maestro preguntó que hacía ahí y su respuesta lo conmovió.
Había decidido quedarse a hacer sus tareas porque en su casa no tenía electricidad. Mark Pee.
Se quedó pensando por su acción y además, también se preocupó por que la hora de la cena había pasado e imaginó que el pequeño tenía hambre.
“Dijo que comería más tarde. Como si el dolor del hambre fuera su amigo, como si tuviera que acostumbrarse al sufrimiento”. “Se queda sólo para estudiar, sólo para aprender. Es noble”, agregó.
El maestro aseguró que los estudiantes como Jeric hacen que su trabajo sea satisfactorio y le dan más energía para enfrentar los desafíos de enseñar.
A las 20:00 horas el estudiante terminó su tarea y se fue. “Me hace llorar, pero mi alma está sonriendo”, dijo el profesor.
La actitud y el esfuerzo de Jeric han emocionado a muchos usuarios y usuarias en redes sociales, quienes han elogiado su espíritu de superación y las ganas de salir adelante.
Así que si estás en este momento odiando el colegio o tu trabajo, mejor piénsalo dos veces y recuerda a este esforzado alumno.