Muchas veces no entendemos que los animales tienen sentimientos.
Tampoco entendemos que cada acción que intentemos contra ellos, que sea buena o mala, va a tener una consecuencia en su comportamiento.
Hay personas que, bajo el argumento de que son animales, creen que ellos deben aguantar todo tipo de trabajos, golpes o malos tratos.
Y no, no debe ser así ni debería ser de la misma manera nunca.
Pero, sentándonos en lo que pasa cada día (la realidad), es que muchos animales (perros y gatos en especial) son abandonados o golpeados.
Esta es la historia de un perrito al que llamaremos «Cardie» que sufrió mucho tiempo cualquier tipo de maltratos que contra él hicieron sus dueños.
Y esto lo llevó a abandonar a todos los humanos y refugiarse en un agujero en una calle.
Desde allí, abandonó todo tipo de amor por los humanos y empezó a odiarlos.
Esto, porque no quería volver a sentir el dolor que le causaron tanto los golpes, como lo malos tratos.
Sin embargo lo que más le dolió fue el desprecio de las personas que amaba.
Pero Charlie, un rescatista y amante de los animales lo encontró en aquel agujero a la deriva.
Este personaje decidió entonces intentar con una serie de trucos que oliera a ser feliz.
Después de mucha insistencia y paciencia, quería lograr que volviera a confiar.
Y luego de intentarlo día tras día, de intentar acercarse a este perrito por medio de la comida.
Obtuvo lo que quiso, pues nunca le hizo daño.
El perro dejó que lo acariciaran y pudo acerarse a Charlie en su último intento de confianza.
Luego de recuperar aquella confianza, fue adoptado por una familia.
Entonces, se dio cuenta que su amor pudo volver a nacer y a creer, pues esta familia lo amó de verdad.