La conmovedora historia que ha arraso en Internet se dio a partir de que una mujer muy triste compartiera las imágenes muy conmovedoras de su hijo, donde también quería dar un mensaje a todas esas madres que han sufrido por abortos involuntarios, muerte fetal o salid de la placenta.
Como todas y todos saben el aborto siempre ha sido uno de los temas más controversiales del mundo, y pues muchas mujeres a lo largo del tiempo han compartido las despedidas de sus bebes y haciendo un ritual espiritual para que sus hijos puedan descansar en paz.
La mujer protagonista de esta conmovedora historia es de Justine Zampogna, de 28 años, de Perth, Australia, decidió interrumpir el embarazo por consejo del médico debido a que el cerebro de su bebé ya no crecía.
Según el medico si persistía con el embarazo, al nacer el hijo de justine en cuestiones de horas fallecería, por eso el medico le recomendó a esta mujer inducir el parto tras tomar una medicación y daría a luz a su bebé muerto a las 16 semanas de gestación.
La mujer estaba demasiada conmocionada por la noticia, la tristeza cada vez controlaba su cuerpo, lo cual compartió su historia en las redes sociales con unas imágenes, fue tanto el impacto que decidió ponerle un nombre lo cual se llamo GIA que significa «Dios es misericordioso» en hebreo.
Cuando tuvo los exámenes se le indico a justine que Gigi tenía anencefalia, un defecto fatal en el tubo neural, lo que significa que si un bebé llega a término, solo puede sobrevivir unas pocas horas, como le había dicho el doctor.
A pesar del sufrimiento de ella que tuvo que elegir, Justine decidió a las 16 semanas tomar una píldora que impediría que la placenta dejara de funcionar y luego daría a luz a su bebé esa misma semana.
El 27 de agosto del 2018, le indujeron el parto, y tras dar a luz mientras las enfermeras la supervisaban de que todo estuviera bajo control, la pareja pudo estar junto al cuerpecito de su pequeñita viviendo los primeros y últimos más sobrecogedores momentos de Gigi en este mundo.
Según ella relato “Lloré durante todo el proceso del parto, pero mis lágrimas no fueron por despedirme, sino por aceptar que se había ido. Fue tan hermoso y el cierre que necesitábamos. Sentí que después de todo lo que habíamos pasado, merecíamos tener nuestra propia historia de nacimiento también”.
“Su dulce y pequeña alma no había pasado ni un día en la Tierra, pero ella tocó mi corazón tan profundamente”.
¿Cuéntanos que sentimientos sentiste al leer esta historia?