Nicole y Jake Goddard de Colorado, EEUU, se habían tirado al sofá con sus tres hijos e iban a disfrutar del clásico del Pato Donald. Ya se habían preparado un recipiente lleno de palomitas. Pero de repente el pequeño de los tres hijos, Nash, comenzó a ahogarse.
“Empezó a hacer ruidos como si quisiera vomitar. Jake se levantó de inmediato y lo tomó en brazos”, cuenta Nicole a las noticias de Fox. “Quería hacer los primeros auxilios cuando Nash volvió a respirar normal otra vez” .
El pequeño volvió a normalizarse y sus padres sospecharon que se habría atorado con un poco de sal de las palomitas en la garganta. Pero estaban equivocados.
Así escribió Nicole en un publicación que compartió en Facebook:
“Ahora que tengo tiempo de sentarme y reflexionar ante el terrible accidente que nuestra familia tuvo que padecer, quiero compartir mi experiencia. Puede que muchos se sorprenden al darse cuenta de lo peligroso que pueden ser las palomitas para un niño pequeño.
El sábado pasado estábamos viendo una película y comiendo palomitas, algo muy habitual en nuestra familia. Ni siquiera me di cuenta de que le estaba dando palomitas a Nash. Este se atoró un poco pero al cabo de un rato se sintió bien.
Como no vimos que devolviera nada, pensamos que se lo había tragado. Parecía que se encontraba bien y siguió viendo la película. Lo único que notamos fue una extraña tos que se mantenía después. Al día siguiente no se encontraba mal pero seguía teniendo esa extraña tos y ello comenzó a preocuparme un poco. Imaginé que se había contagiado con el mismo resfriado que teníamos los demás.
Era lunes y Jake se marchó tres días por motivos de trabajo. El niño estaba igual pero ya por la noche noté que estaba caliente y no podía calmarse.
Como tenía fiebre le di Ibuprofeno y lo metí en la cama. Y fue una noche muy larga. Su respiración me preocupaba. Entonces llamé al pediatra y me aconsejó ir de inmediato al hospital infantil. Una vez allí el médico no se quedó muy convencido con las radiografías y solicitó una broncoscopia.
Gracias a la maravillosa empresa en la que trabajamos, Jake pudo tomar un avión de vuelta a Denver. A las 18:00 durmieron a Nash y le hicieron diferentes prueba. Me quedé conmocionada y lloré terriblemente cuando me dijeron que tenían que operar a mi niño. Jake llegó justo cuando Nash se despertó de la anestesia. Una palomita se le había metido en el pulmón cuando trataba de vomitar. Su cuerpo reaccionó a un objeto desconocido y creó una serie de bolsas de protección a su alrededor.
La inflamación que esto produjo le ocasionó una neumonía en el lado izquierdo. Durante la intervención el médico le extrajo seis granos de palomitas. Como todo estaba tan inflamado, el médico no estaba seguro si había sacado todo lo extraño del cuerpo de Nash y decidió operarlo dos días después. Fue un auténtico carrusel pero tuvimos la mejor asistencia sanitaria”.
En la publicación la asustada madre continuó explicando la segunda operación y comentó que de no haber ido a urgencias a tiempo, quizá la situación hubiera terminado muy mal.
Con todo lo sucedido, ella aprendió que nunca se debe dar palomitas a niños menores de cinco años.
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